Cuenta la leyenda que Madrid en agosto se convierte en una ciudad fantasma, que todo el mundo se va de vacaciones, que no se ve un alma por la calle…
Si bien es cierto que estamos exagerando, hay algo de verdad en todo esto. La ciudad aminora el ritmo: los ejecutivos con traje y corbata voceando por el móvil dejan paso a los turistas con chanclas y gafas de sol que intentan orientarse con un mapa, las mujeres sobre tacones a velocidades supersónicas camino del trabajo son sustituidas por otras con sandalias que se paran cada dos por tres para hacer una foto a este o aquel monumento…
A pesar de esta transformación, son muchos los madrileños (incluido el que escribe estas líneas) los que por uno u otro motivo pasan el mes de agosto en su ciudad, pero… ¿Siguen haciendo lo mismo?, ¿o aprovechan para hacer planes y actividades diferentes?
Con esta premisa, bajamos a la calle para conocer qué le gusta hacer a la gente durante este mes.